El lecho del Guiniguada es un cauce inundado de terpenos y moleculas aromáticas, un magma invisible de esencias botánicas que capturan nuestra atención o la de los lagartos gigantes (Gallotia stehlini) y que hemos intentado precipitar en un perfume compuesto por:
- Notas de salida: salvia, tomillo, plátano, eucalipto.
- Notas de corazón: pimienta rosa, hoja de tomate silvestre, romero.
- Notas de fondo: tintura de madera de tea, madera de cedro.
El proceso de captura de las esencias se ha realizado mediante absorción, extracción con disolventes o gases y, sobre todo por destilación de arrastre de vapor de agua destilada. Tradicionalmente en la Casa del Perfume Canario las aguas utilizadas eran filtradas y decantandas previamente en una destiladera, que es una piedra porosa de origen volcánico que va filtrando o rezumando gota a gota el agua de lluvia con ayuda del culantrillo de pozo (Adiantun capillus-veneris). En las islas se decía “el culantrillo no crece si el agua no es buena” y “el agua no es buena hasta que no crece el culantrillo”.